miércoles, 16 de diciembre de 2020

Capítulo 22: En el gimnasio

Pasaba de un aparato a otro sintiéndose a gusto con los resultados. No se encontraba cansado, ni dolorido con los ejercicios. Bicicleta estática, elíptica, remo, mancuernas... Se sentía bien. Quizás había exagerado al creer que estaba peor de forma de lo que en realidad era. De hecho se miró de reojo en uno de los muchos espejos que había por el gimnasio. No se veía mal, todavía guardaba la figura. Y un buen culo. Inmediatamente se dio cuenta de donde estaba y se ruborizó pensando en que alguien pudiera haberle visto así, enamorado de sí mismo. Pero nadie siquiera se había percatado de su presencia, así que siguió con sus ejercicios.

Se sentó en otro banco. Mientras hacia el ejercicio podía observar cómo los demás hacían los suyos. No pudo evitar fijarse en el típico “musculitos” de gimnasio que estaba un poco más allá. Pero no por sus músculos sino por cómo se pavoneaba delante de una chica. Y eso que la chica pasaba de él totalmente. Pero el artista de los bíceps seguía tratando de epatarla, y cada vez más cerca. Quizás demasiado cerca.

El superhéroe se estaba dando cuenta de la situación y pensaba en si debía intervenir o no.

El cansino seguía a lo suyo, ahora marcando bíceps, ahora abdominales, y cada vez más cerca de la muchacha. Aquello ya era demasiado para el superhéroe que estaba a punto de saltar sobre el plasta. Pero no hizo falta, el alarido se escuchó en todo el gimnasio.

La cabeza del aspirante a coloso había chocado "involuntariamente" contra las pesas que estaba manejando la chica. Ella le hizo un gesto mezcla de ironía y sorpresa fingida como diciendo “¿He sido yo?” Aun así, la chica se arrancó y le espetó: "creo que te has acercado demasiado y... claro…".

El superhéroe la miró con veneración mientras pensaba que ella sí que era una superheroína.